lunes, 20 de mayo de 2019

RUTA LITERARIA EN VALENCIA: "ENTRE NARANJOS"

En abril visité Valencia y como una actividad más he realizado la ruta literaria de la novela de Vicente Blasco Ibañez "Entre naranjos".

Escultura homenaje a Vicente Blasco Ibañez

Me gusta llevar planificados mis viajes y entre otras cosas se me ocurrió investigar en el terreno de la literatura encontrando las novelas de este escritor con las rutas explicadas. 
Con tiempo aún para ello me la leí, es como creo que hay que hacer una ruta de este tipo, sabiendo de que se habla, incluso me vi los tres capítulos de la serie que realizó RTVE.
Los personajes destacados son un señorito andaluz, Rafael, metido en política y una famosa cantante de ópera, Leonora.
Casi toda la trama transcurre en Alcira, pero ya hacia el final se trasladan a Valencia y allí tenemos la ruta por los diez lugares que se nombran y que yo voy a tratar de describir.


Los protagonistas llegan a Valencia en el tren, lo mismo que lo hago yo, a la magnifica Estación del Norte, edificio modernista, primer punto. Pero al parecer no era esta misma pues fue inaugurada en 1917, la anterior estaba en la misma plaza del ayuntamiento.
Había llegado en el primer tren de la mañana, sin equipaje alguno... 


Su fachada adornada con motivos vegetales, naranjas y flores de azahar recuerda la agricultura valenciana. 


En el interior podemos ver cerámica vidriada y trencadís además de la madera y el mármol que se alternan en la decoración del vestíbulo. Las vías están cubiertas por una gran marquesina de acero al estilo de la época.


El siguiente punto de la ruta es el Café de España en la plaza del Ayuntamiento número 9, hoy desaparecido. Pero identifico la zona donde se encontraba y lo muestro en la foto.
-Tengo sed, don Andrés. Entremos en cualquier sitio.
El viejo le encaminaba al café de España, su refugio favorito. Tenía la mesa al pie de los cuatro relojes que sustenta el ángel de la Fama en el centro del gran salón cuadrado, con sus enormes espejos de fantásticas perspectivas y sus dorados oscurecidos por el humo y la luz crepuscular que desciende por la alta linterna como una inmensa cripta.
Una estupenda descripción del café de la época.


El punto número tres, el Teatro Principal inaugurado en 1832. A este teatro iba el doctor Moreno, padre de Leonora pero también parece que lo frecuentaba Blasco Ibañez que acudía a los estrenos de ópera y cuentan que tuvo una aventura amorosa con una cantante rusa y se cree que de ahí pudo sacar la historia que relata en esta novela.


El Hotel Inglés, en aquella época Hotel Roma, es el punto número cuatro, allí se aloja Leonora para reunirse con Rafael en su huida.
Acaban de almorzar entre las maletas y las cajas, que ocupaban una gran parte de la habitación de Leonora en el Hotel Roma.


Fue un palacio del siglo XVIII que perteneció a los Duques de Cardona. Una de sus fachadas está frente al Palacio del Marques de Dos Aguas.
El antiguo hotel, con sus habitaciones grandes, de alto techo, sus corredores en discreta penumbra y su calma conventual, le parecía un lugar de delicias, un ameno retiro, en el que se consideraba libre ya de las murmuraciones y luchas que le habían oprimido como un círculo infernal.
Así lo describe Blasco Ibañez al principio del capítulo VII.


El punto número cinco es la Plaza de Villarrasa que Leonora ve desde el balcón de su habitación en el hotel Roma, en donde se encuentra el Palacio del Marques de Dos Aguas y donde había otro palacio el de los Condes de Parcent que se derribó.
Mientras tanto, Leonora se impacientaba en su cuarto del hotel. Habían transcurrido tres horas. Para calmar su inquietud se sentó en el balcón, tras la verde persiana, siguiendo con distraídos ojos el paso de los escasos transeúntes que atravesaban la plaza.
Encontraba en ella un recuerdo de  las plazoletas de Florencia, rodeadas de mansiones señoriales, cerradas e imponentes, con su pavimento de guijarros ardientes al sol, entre los cuales crece la hierba y que despiertan de su modorra al paso tardo de una mujer, de un cura o de un viajero, repitiendo sus pisadas cuando están lejos.



Enfrente del balcón está el Palacio de los Marqueses de Dos Aguas con su espectacular fachada barroca realizada en alabastro en el siglo XVIII, punto número seis de la ruta y en la actualidad el Museo Nacional de Cerámica.
Miraba los viejos caserones de la plaza, un ángulo del palacio de Dos Aguas, con sus tableros de estucado jaspe entre las molduras de follaje de los balcones.



Continuamos hasta el punto número siete, la Universidad, conocida como La Nau. Es de arquitectura neoclásica, sobretodo en sus fachadas y claustro, en la actualidad se usa como centro cultural.
Allí estudió derecho Rafael y también su padre Ramón Brull, aunque este con menos aprovechamiento como se lee en el párrafo de la novela.
Ramón pasó algunos años en Valencia, sin que pudiera saltar más allá de los prolegómenos del Derecho, por la maldita razón de que las clases eran por la mañana y él tenía que acostarse al amanecer, hora en que se apagaban los reverberos que enfocaban su luz sobre la mesa verde.
Rafael era un buen estudiante:
Los sobresalientes y premios del colegio de Alcira continuaban en Valencia, y además, don Ramón y su esposa se enteraban por los periódicos de los triunfos alcanzados por su hijo en  la "Juventud jurídico-escolar, una reunión nocturna en la Universidad, donde los futuros abogados se soltaban a hablar....



El punto número ocho es la Plaza de Alfonso el Magnánimo denominado El Parterre, unos jardines que fueron construidos hacia 1850 donde fue colocada años más tarde la estatua de Jaime I. Tiene un pequeño estanque en una de sus esquinas y uno de los enormes ficus que se pueden ver en Valencia.



















...Rafael no sabía por dónde marchaban. Le sorprendió de pronto un perfume de flores. Atravesaban un jardín, y al levantar la cabeza vio brillar al sol la arrogante figura del conquistador de Valencia sobre su nervudo caballo de guerra.
Ya va terminando el paseo, el punto número nueve es el Puente Real por donde pasan Rafael y Don Andrés, otro de los personajes de la novela.


Está sobre el cauce seco del río Turia y es de estilo gótico valenciano. Tiene dos especie de templetes llamados casicilio y que albergan las imágenes de San Vicente Ferrer y San Vicente Martir.
Pasaban un puente. Abajo, en el seco cauce, se destacaban las manchas rojas y azules de un grupo de soldados y sonaba el redoble de los tambores como el zumbido de una enorme colmena.



Por fin terminamos el recorrido en el punto número diez, la Alameda jardín público por donde se paseaba en aquella época la nobleza presumiendo de sus carruajes.
Estaban bajo los árboles de la Alameda. Pasaban los carruajes formando una inmensa rueda en el centro del paseo; brillantes los arreos de los caballos y los faroles del pescante con el reflejo del sol; viéndose a través de las ventanillas los sombreros de las señoras y las blancas blondas de los niños. 


A los recuerdo de Valencia uno los de esta novela y su creador Vicente Blasco Ibañez que completo mostrando su busto realizado por el también valenciano Mariano Benlliure y que pude ver en el museo de Bellas Artes de Valencia.
Esta ha sido otra forma diferente de ver una parte de la ciudad con el callejero en la mano siguiendo la ruta que marqué uniendo los puntos para hacer el recorrido más fácil.
En ella se juntan mi gusto por los viajes, la literatura y el arte.

Trencadis: tipo de aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos, básicamente azulejos unidos por argamasa.

Casicilio: templete al aire libre para albergar una imagen religiosa, situada con frecuencia en puentes.