La descripción de la ruta dice:
- Longitud: 3,7 Km.
- Recorrido lineal
- Dificultad baja
Salimos desde la Plaza Les Campes, tomando la carretera que va a Villar, está indicado, pero no vimos la señal y preguntamos.
Es una carretera muy poco transitada, llegamos así hasta la desviación a la fuente de La Peruyal y continuamos por el camino de la derecha.
El suelo está cubierto de hojas y también de castañas, para eso es la época.
Nos desviamos para ver la ruina del Palacio Villar. Está dentro de la lista de patrimonio en peligro. En su recinto tuvo capilla, hoy derruida. Pertenece a la familia fundadora de la industria cerámica Villar (Cerámica del Rayu).
Retomamos el camino y después de una pequeña subida ya vemos el Palacio de Celles.
Está declarado como Bien de Interés Cultural, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca civil de Asturias,
Su fachada es monumental con un gran escudo con las armas de los Argüelles Celles y los Navia Osorio.
En el interior un patio porticado, con dos plantas.Está muy deteriorado. En las esquinas el palacio está rematado por cuatro torres.
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de verlo, continuamente salen artículos en el periódico alertando sobre su estado y la dejadez del Principado y el Ayuntamiento de Siero.
Seguimos la ruta, empieza a empinarse con alguna cuesta pronunciada. Al borde del camino los manzanos nos invitan con sus frutos. Por primera vez he comido una manzana "mingan" también conocida como "pero mingan", En realidad es alargada como una pera.
El paisaje se extiende, la vista es preciosa y el día no desmerece. Vemos hasta la Pola, aunque la foto no es muy buena.
Llevamos el camino que sube a la iglesia, atravesamos una zona de arbolado autóctono.
Sobre uno de los muros exteriores vemos un escudo con las mismas armas que en el palacio de Celles. Como veis una tubería afea la imagen.
La iglesia tiene una capilla mayor, construida en el último cuarto del siglo XVII, está dedicada a San Juan Bautista, la Virgen del Rosario y de Fátima, con un altar mayor realizado en una estupenda talla.
Interesante el santuario de la Virgen de Fátima, único en Asturias. Fue una gran suerte que nos abriera la iglesia y poder verla.
Comimos en su entorno y emprendemos la vuelta. Pero no sin antes echar una última ojeada a la fantástica vista desde este punto.
Por el camino encontramos un cartel con todas las especies de árboles de la zona.
En nuestra bajada aprovechamos para recoger castañas que, en muchas zonas, tapizan el suelo entremezcladas con las hojas secas.
Volvemos a admirar la Torre de Celles desde la lejanía y disfrutamos de la naturaleza en todo su esplendor, ha sido un día de otoño perfecto.
¡¡¡No se puede pedir más¡¡¡