La compañía de mi amiga, que vivió toda su vida en esta ciudad, ha sido indispensable, sobre todo en los desplazamientos. Estoy asombrada de como se pueden aprovechar los viajes, gracias a los trasbordos.
Llegamos nuestro primer día a la estación de Sants para luego coger otro tren que nos llevaría a la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló.
La industria textil se cerró en 1973 debido a la crisis del sector.
La colonia Güell ha conservado el ambiente de un pueblo por donde pasear tranquilamente.
Después de visitar una interesante exposición sobre los textiles y la historia de la colonia nos dirigimos hacia la Cripta, parte del templo que proyectó Gaudí.
Se comenzó en 1908, de planta oval, con cinco naves. Las columnas típicas de Gaudí están tanto dentro como fuera del edificio.
Las ventanas sobresalen en forma de tragaluz y la puerta de entrada tiene en la parte superior una composición en cerámica representando las virtudes cardinales. Los ladrillos son de piedra basáltica.
El diseño del mobiliario también es suyo, destacando los bancos con reclinatorios.
En este edificio, Gaudí experimentó con muchas soluciones arquitectónicas que luego incorporó a la construcción de la Sagrada Familia.
Para volver, nos explican los trasbordos necesarios para hacerlo con un solo billete de metro. Ya os he dicho que esto funciona muy bien.
Vamos al Palau de la Música a informarnos de horarios de visita guiada en castellano, con tan buena suerte que faltan veinte minutos, lo suficiente para tomar un café en su preciosa cafetería. Su fachada es imposible de fotografiar de tan poco espacio que hay en la calle.
Fue construido por Luis Domenech i Montaner para el Orfeón Catalán, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997.
Esta compuesto por una estructura metálica recubierta de vidrio, lo que hace que la luz ayude a dar mas colorido.
Es un compendio de todas las artes aplicadas: mosaico, escultura, hiero y cristal.
Pero lo mas impresionante es el lucernario central, con luz natural.
También visitamos la sala de ensayos y la dedicada al maestro Millet, creador del Orfeón Catalán, con grandes vitrales que dan paso al impresionante balcón, con doble fila de columnas, todas de distinta decoración.
Una visita, que a pesar de su precio, 11 € con descuento, no se puede dejar de hacer.
Salgo impresionada, pero con hambre.
Vamos a comer en Via Laietana, está cerca. El sitio es "terrablava", un restaurante de bufet libre con comida mediterránea.
A mi me gustó, volveríamos otro día.
Para tomar café una pequeña parada en un lugar mítico, Els Quatre Gats, donde tenían lugar tertulias y exposiciones.
Aquí expuso por primera vez Picasso, personaje habitual del local.
Ahora es un restaurante, pero conserva el estilo de entonces.
Después de este pequeño descanso otra vez el metro para dirigirnos hacia Montjuic, vamos a ver la exposición de Sorolla, "El color del mar" en Caixa Forum.
El edificio es modernista, la antigua fábrica Casaramona, diseñada por Josep Puig i Cadafalch.
La exposición está dedicada al tema favorito del pintor, el mar. En ella vemos la extraordinaria manera que el pintor tiene de reflejar la luz en el agua.
Una interesante exposición con muchos cuadros que no conocía, por ejemplo, uno en que se ve San Esteban de Pravia, uno de los pocos cuadros del Cantábrico. No tengo foto.
Después de esta visita vemos la impresionante Plaza de España, construida para la Exposición Internacional de 1929, con las Torres Venecianas en la entrada. Aquí se sitúa la Feria de Muestras y el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Al otro lado está la plaza de toros de las Arenas, reconvertida en centro comercial.
Terminamos nuestro primer día en Barcelona, solo nos queda llegar a la estación de Sants, para volver a Roda de Bará.
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