Nos acompañan guías oficiales del Principado, Juanjo el cronista de la villa y Gini que mas tarde nos abrirá la Capilla de Santa Ana. Las explicaciones son de Ana Posada, presidenta de la Asociación de Guías de Pola de Siero
El punto de partida era la Oficina de Turismo, en el Palacio del Marques de Santa Cruz o Palacio del Parque, primera visita.
El palacio era usado como zona de recreo, estaba en lo que entonces eran las afueras del pueblo, se contruyó en el siglo XVII, pero su escudo es del XVIII de Navia Osorio.
Ahora está dedicado a dependencias municipales, también contiene el legado filatélico de Faustino Ornia.
En una de ellas vemos la Carta Puebla de Siero de 1270, el rey Alfonso X la concede a sus pobladores para que se haga la villa.
El parque que lo rodea pertenecía al palacio, su nombre Alfonso X el Sabio. En uno de sus extremos está el Ayuntamiento de 1887 de estilo ecléptico. Su emplazamiento anterior fue en la Plaza de las Campas.
Es del arquitecto vasco Javier Aguirre, autor en Asturias del Fontán de Oviedo y del Balneario de las Caldas.
Una curiosidad sobre el reloj, de números romanos, es que el cuatro aparece como: "IIII".
Una curiosidad sobre el reloj, de números romanos, es que el cuatro aparece como: "IIII".
El edificio ha sufrido varias remodelaciones, la última de 2007. es de esa época el mural de la escalera de entrada realizado por Casimiro Baragaña, "Expresión renovada".
Está compuesto por paneles de madera, pintado con acrílicos y óleo para rematar. Representa el bosque asturiano.
Nos señalan la bandera de Asturias y las torre de la Iglesia de San Pedro, representadas en el mural.
Muy cerca vemos la casa de Vigil Escalera, familia asentada en Pola desde el siglo XVII. Interviene Gini para comentar que su abuelo picó la piedra que se ve en la fachada y que también trabajó en Covadonga.
El cronista de Pola nos cuenta como la casa tenía una capilla con una preciosa cúpula.
Justo al lado, a la derecha, en el solar que se ve la casa azul, estaba el Hospital de Peregrinos que fue muy importante para la fundación de la villa.
A continuación está la Iglesia de San Pedro de estilo neoclasico, flanqueada por dos torres y rematada su fachada por un frontón con la figura del patrón.
En el interior podemos admirar los frescos realizados por Casimiro Baragaña para decorar la cabecera de 1959-1960.
La iglesia tiene un órgano colocado en 2013, al parecer contó con otros dos desaparecidos. Su organista es Emilio Huerta que nos ofrece la interpretación de una pieza de Juan Cabanillas, compositor barroco.
Pero aún nos queda por ver la cripta donde se encuentra el único resto conservado del Hospital de Peregrinos, es un relieve de piedra con los santos Fabián y Sebastián, aunque se discute si en realidad son ellos. Podría ser del siglo X.
Volvemos hacia la zona del Parque para ver la Casa Xingu, modernista, de principios del siglo XX. Fue realizada por Emilio Fernandez Peña discípulo de Gaudí.
La siguiente parada es en el monumento a dos músicos de Pola, Ángel Embil y Pablo Moro. Vamos de camino a la capilla del Cristo de Santa Ana, subiendo por la Quinta de Santa Catalina.
La capilla originaria era del siglo XIII, como la mayoría, arrasada por los franceses. En 1946 Alberta Casona Andrade financia las obras de la reconstrucción dedicada a sus hijos.
A finales de septiembre es la romería del Cristo que preside el altar. Antiguamente se realizaba el baile de los Caranquiños, una de las tres danzas que se baila en la villa y que se quiere recuperar.
De aquí a la Plaza de las Campas donde se celebró la primera fiesta del Carmín en 1695, centro de la vida social.
En ella estaba la Capilla del Carmen, hoy desaparecida y fue el primer lugar donde se celebró el mercado de ganado.
Nos enseñan la foto de un aljibe que existió como bebedero para el ganado y dar agua a la fabrica de curtidos que había en la zona.
Ahora vemos una escultura de hierro forjado que representa la danza prima.
Nos encaminamos al Albergue de Peregrinos, en la Casona de San Miguel, al parecer de cinco estrellas, el mejor del norte de España.
Ya solo nos queda por ver las obras de Ildefonso Sanchez del Río, el paraguas invertido de la Estación de Autobuses con 40 metros de diámetro y el Mercado, un edificio de forma triangular de hormigón armado y vidrio, que no tiene pilares en el interior que sujeten las bóvedas que lo cubren.
Alfonso X, en la Carta Puebla les otorga el mercado los martes.
Ha sido una visita estupendamente comentada, llena de anécdotas e historias.
Estilo ecléptico: Tendencia artística que mezcla elementos de diferentes estilos y épocas de la historia del arte y la arquitectura.
Muy cerca vemos la casa de Vigil Escalera, familia asentada en Pola desde el siglo XVII. Interviene Gini para comentar que su abuelo picó la piedra que se ve en la fachada y que también trabajó en Covadonga.
El cronista de Pola nos cuenta como la casa tenía una capilla con una preciosa cúpula.
Justo al lado, a la derecha, en el solar que se ve la casa azul, estaba el Hospital de Peregrinos que fue muy importante para la fundación de la villa.
A continuación está la Iglesia de San Pedro de estilo neoclasico, flanqueada por dos torres y rematada su fachada por un frontón con la figura del patrón.
En el interior podemos admirar los frescos realizados por Casimiro Baragaña para decorar la cabecera de 1959-1960.
La iglesia tiene un órgano colocado en 2013, al parecer contó con otros dos desaparecidos. Su organista es Emilio Huerta que nos ofrece la interpretación de una pieza de Juan Cabanillas, compositor barroco.
Pero aún nos queda por ver la cripta donde se encuentra el único resto conservado del Hospital de Peregrinos, es un relieve de piedra con los santos Fabián y Sebastián, aunque se discute si en realidad son ellos. Podría ser del siglo X.
Volvemos hacia la zona del Parque para ver la Casa Xingu, modernista, de principios del siglo XX. Fue realizada por Emilio Fernandez Peña discípulo de Gaudí.
La siguiente parada es en el monumento a dos músicos de Pola, Ángel Embil y Pablo Moro. Vamos de camino a la capilla del Cristo de Santa Ana, subiendo por la Quinta de Santa Catalina.
La capilla originaria era del siglo XIII, como la mayoría, arrasada por los franceses. En 1946 Alberta Casona Andrade financia las obras de la reconstrucción dedicada a sus hijos.
A finales de septiembre es la romería del Cristo que preside el altar. Antiguamente se realizaba el baile de los Caranquiños, una de las tres danzas que se baila en la villa y que se quiere recuperar.
De aquí a la Plaza de las Campas donde se celebró la primera fiesta del Carmín en 1695, centro de la vida social.
En ella estaba la Capilla del Carmen, hoy desaparecida y fue el primer lugar donde se celebró el mercado de ganado.
Nos enseñan la foto de un aljibe que existió como bebedero para el ganado y dar agua a la fabrica de curtidos que había en la zona.
Ahora vemos una escultura de hierro forjado que representa la danza prima.
Nos encaminamos al Albergue de Peregrinos, en la Casona de San Miguel, al parecer de cinco estrellas, el mejor del norte de España.
Ya solo nos queda por ver las obras de Ildefonso Sanchez del Río, el paraguas invertido de la Estación de Autobuses con 40 metros de diámetro y el Mercado, un edificio de forma triangular de hormigón armado y vidrio, que no tiene pilares en el interior que sujeten las bóvedas que lo cubren.
Alfonso X, en la Carta Puebla les otorga el mercado los martes.
Ha sido una visita estupendamente comentada, llena de anécdotas e historias.
Estilo ecléptico: Tendencia artística que mezcla elementos de diferentes estilos y épocas de la historia del arte y la arquitectura.
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