jueves, 23 de enero de 2020

ROMA, SEXTO Y ÚLTIMO DÍA

Ha llegado nuestro último día en Roma y queremos aprovecharlo bien, no nos vamos del Hotel hasta las 14:30.
Tenemos pendiente la vista a Santa María la Mayor, desayunamos pronto para estar allí a la hora de apertura 8:00 de la mañana.


Es un basílica construida en el siglo V, muestra varios estilos arquitectónicos.


El interior es barroco con una gran nave central y dos laterales separadas por grandes columnas de mármol con capiteles jónicos. 


















Destaca su artesonado dorado y los mosaicos del siglo V, el gran tesoro de la basílica.


Aquí volvemos a ver el pavimento de los Cosmati del siglo XII.


Sabemos que está la tumba de Bernini, tardamos en dar con ella, se encuentra en el primer escalos a la derecha del altar.


También podemos ver en una cripta las reliquias del pesebre, restos de una cuna que se cree que utilizó Jesús.

En el pórtico nos encontramos con una escultura del rey español Felipe IV diseñada por Bernini.
Con esta hemos completado la visita de las cuatro basílicas mayores de Roma.


Otra visita pendiente es a la Plaza del Quirinale situada en la colina más alta de Roma y en ella se encuentra el Palacio del Quirinale residencia del presidente de la República, fue construido en el siglo XVI como residencia veraniega de los papas.


En la plaza vemos un obelisco que procede del mausoleo de Augusto junto a la Fuente de Cástor y Pólux patronos de los jinetes.
En este lugar nos costó un poco orientarnos para continuar nuestro paseo.


Estamos cerca del distrito de Trevi para ver la Galleria Sciarra que es un patio privado abierto al público. Es de 1885-1888 con pinturas arquitectónicas que tienen como tema la "glorificación de la mujer"ilustrando modelos de virtudes femeninas. Art Nouveau de Giuseppe Cellini.
Una de las joyas escondidas de Roma.






















Nos encontramos con la iglesia de San Francisco Javier de Caravita un oratorio barroco del siglo XVII, comunidad católica de habla inglesa, en ella hay una exposición que nos sorprende.

Es de Safet Zec y se titula "Éxodo", es un pintor nacido en Bosnia-Hercegovina y refleja el drama de la inmigración, son imágenes estremecedoras. El día anterior habíamos visto un cuadro suyo.


Al salir veo una preciosa pila de agua bendita plagada de angelitos.


















Antes de llegar a nuestro destino visitamos la iglesia de San Ignacio, estilo barroco de 1600, una iglesia más si no fuera por el fresco que representa una escena de San Ignacio y que parece que nunca termina, en realidad no es una cúpula, es un trampantojo.


La pintura está llena de alegorías relacionadas con el fuego y la luz.


Nada más salir de la iglesia al girar a la izquierda nos encontramos en la biblioteca Casanatense, he leído mucho sobre ella en los libros que me han servido de inspiración para las visitas de Roma, me hace ilusión estar en ella.
El horario de visita es de 11:30 a 13:00 de lunes a viernes y es gratuita.


Faltan unos minutos para la hora y nos hacen esperar. La verdad he de decir que la persona encargada no fue muy agradable, es la única vez en Roma que no nos quisieron entender.


Fue inaugurada en 1701 y su sala Monumental es un corredor abovedado con estanterías a los lados  Tiene el blasón de la familia del Cardenal Girolano Casanata con una escultura suya presidiendo la sala.


Hay dos preciosos globos, uno celeste y otro terráqueo. La sala es magnifica, si sois apasionados de la lectura como yo no os podéis perder esta visita.
Aquí finaliza nuestra ruta por Roma, un buen broche de oro.
Lentamente nos acercamos al hotel, aún hacemos alguna compra. Visitamos una de las numerosas tiendas donde venden especias y condimentos para la pasta, un buen regalo para quien gusta de cocinar.
Comemos en un restaurante muy cerca del hotel la mejor pasta del viaje, una lasaña espectacular.

Solo nos queda el viaje de vuelta que se hizo un poco largo por los retrasos de los vuelos, pero eso no ensombrece lo vivido en esos días, para mi ha sido el mejor viaje de mi vida. Lo he disfrutado anticipadamente con las lecturas todo el verano y preparando el día a día para aprovechar el tiempo, me parecía que ya sabía andar por la ciudad.
De nuevo lo he vuelto a revivir todo para componer estas paginas que serán mi recuerdo mientras, quizás, pueda volver a Roma, siempre quedan cosas por ver.


En mi nevera un imán que me recuerda el viaje con las siglas S.P.Q.R. emblema oficial de la ciudad y que se encuentra por las calles, como por ejemplo en esta fuente a la que me acerqué a beber.



Trampantojo: Es una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con el entorno arquitectónico

viernes, 10 de enero de 2020

ROMA, QUINTO DÍA (EL VATICANO)

Los días van pasando, hoy es el penúltimo y tenemos la visita guiada al Vaticano con todo el grupo.
Hemos decidido, mi amiga y yo, que tendremos la mañana relajada para no estar cansadas a las 14:30, la hora acordada con nuestra guía.
Después de desayunar hago unas compras y sin prisa nos vamos en el autobús, andando son unos 45 minutos que nos ahorramos.


Ya miramos el día anterior la parada y el numero del autobús que nos acercaba a la zona, de la Piazza Venezia parten hacía todos los puntos de la ciudad.


Nos deja muy cerca y por un lateral entramos en la Plaza de San Pedro, ¡que impresión encontrarse  rodeada por la doble columnata de Bernini!
Nos dedicamos un rato a sacar fotos, el lugar no es para menos.


Tenemos bastante tiempo y nos alejamos de la zona para acercarnos hasta el Castel Sant'Angelo, edificio circular construido como mausoleo por Adriano y que luego fue utilizado como fortaleza, prisión y refugio de los papas.
Tenía ilusión de verlo, es una de las primeras imágenes que me vienen a la cabeza de mi primer libro de Historia del Arte. ¡Es imponente!


Enfrente el Puente Sant'Angelo sobre el río Tiber mandado construir por Adriano para acceder al castillo y que después de derrumbarse en 1450 fue reconstruido conservando parte de su estructura.
Al lado del Castillo encontramos la primera Oficina de Turismo en todos estos días, pero con poca información en español.


Después nos entretenemos un rato por la zona y comemos pronto. Lo hacemos en una pequeña pizería de las que abundan en Roma. Para el postre nos vamos a una buena heladería "Cremilla"
gelateriacremilla.com  con helados buenísimos pero tengo que comentar que quisimos ir al servicio y nos dijeron que lo tenían estropeado, algo insólito en un establecimiento de su categoría.
Por la zona hay restaurantes, pero no cafés donde poder entrar, pero dimos con Bukowsi'sbar, galleria, cafe, bistrot con una persona amabilísima que nos atendió y dio conversación.

Por fin nos llegó la hora convenida, nos encontramos con el grupo y entramos en el recinto. Había tal gentío que en el primer momento sentí algo de agobio. Para comenzar la visita hay que subir por una escalera circular, yo lo hice en el ascensor, ya lo había avisado, me marean esas escaleras.
Y comienza la visita en el Patio de la Piña delante de unos paneles con la historia del recinto, el calor en esos momentos es insoportable. Creo que nadie disfruto de la explicación.

El patio se llama así por la gran piña de bronce del siglo II encontrada en las Termas de Agripa, tiene una altura de cuatro metros.
Por fin entramos en los Museos Vaticanos que están alrededor de este patio. Contienen una impresionante colección de obras de arte y tesoros que acumularon los papas.


Empezamos con el grupo escultórico de "Laoconte y sus hijos" de mármol blanco y con un tamaño un poco mayor que el natural. Estoy emocionada de ver esta esplendida obra una de las que tenía interés de contemplar.


















Pero esto no hizo más que empezar, recorremos cantidad de salas y pasillos llenos de esculturas. No se donde mirar, los suelos de mosaico con magníficos dibujos y los techos impresionantes.


La curiosa estatua de Artemisa de Éfeso, diosa griega de la caza. Aparece representada con múltiples pechos que simbolizan la fertilidad.


















Otra sorpresa, en uno de los pasillos me encuentro con una escultura que yo dibujaba en mis años de estudio en la Escuela de Arte.
Una sala preciosa es la de los mapas de la que no tengo fotos.
Las Estancias de Rafael no las podemos ver pues están siendo restauradas.


Y por fin llegamos a la Capilla Sixtina con su maravillosa decoración. Me habían contado que no te dejaban pararte para contemplarla, pero parece que tenemos suerte y nos dan veinte minutos, todo un lujo. No dejan sacar fotos, pero como mucha gente no me resisto a tener un recuerdo de mi visita.
Es fantástica la obra de Miguel Ángel !que colorido! En la actualidad la capilla es la sede del cónclave para elegir papa y su nombre se lo debemos a Sixto IV.


















A continuación vamos a la Basílica de San Pedro, en ella trabajaron muchos artistas pero destaca Miguel Ángel al que se le atribuye el diseño de la cúpula.


Puede acoger a 60.000 personas y está llena de tesoros entre los que destaca la Piedad, única obra de Miguel Ángel que lleva su firma. En la actualidad está protegida por un cristal antibalas.

Pero también llama la atención el Baldaquino, obra barroca de Bernini. Se trata de un altar elevado para el papa y está situado sobre la tumba de San Pedro. Fue realizado en bronce extraído del Panteón.
Es tan inmensa y tantas obras de arte que uno no sabe donde mirar. Nos dejan deambular por la Basílica, queda poco tiempo para el cierre.


Cuando salimos está siendo el cambio de guardia con los vistosos uniformes de la Guardia Suiza, el ejercito más pequeño del mundo.


Volvemos a la avenida donde se encuentra la parada del autobús, desde allí tenemos la última vista de la cúpula del vaticano.
A la vuelta nos acercamos hasta Santa María la Mayor pero llegamos cuando está cerrando, al día siguiente volveremos, no nos queremos perder su visita.