viernes, 10 de enero de 2020

ROMA, QUINTO DÍA (EL VATICANO)

Los días van pasando, hoy es el penúltimo y tenemos la visita guiada al Vaticano con todo el grupo.
Hemos decidido, mi amiga y yo, que tendremos la mañana relajada para no estar cansadas a las 14:30, la hora acordada con nuestra guía.
Después de desayunar hago unas compras y sin prisa nos vamos en el autobús, andando son unos 45 minutos que nos ahorramos.


Ya miramos el día anterior la parada y el numero del autobús que nos acercaba a la zona, de la Piazza Venezia parten hacía todos los puntos de la ciudad.


Nos deja muy cerca y por un lateral entramos en la Plaza de San Pedro, ¡que impresión encontrarse  rodeada por la doble columnata de Bernini!
Nos dedicamos un rato a sacar fotos, el lugar no es para menos.


Tenemos bastante tiempo y nos alejamos de la zona para acercarnos hasta el Castel Sant'Angelo, edificio circular construido como mausoleo por Adriano y que luego fue utilizado como fortaleza, prisión y refugio de los papas.
Tenía ilusión de verlo, es una de las primeras imágenes que me vienen a la cabeza de mi primer libro de Historia del Arte. ¡Es imponente!


Enfrente el Puente Sant'Angelo sobre el río Tiber mandado construir por Adriano para acceder al castillo y que después de derrumbarse en 1450 fue reconstruido conservando parte de su estructura.
Al lado del Castillo encontramos la primera Oficina de Turismo en todos estos días, pero con poca información en español.


Después nos entretenemos un rato por la zona y comemos pronto. Lo hacemos en una pequeña pizería de las que abundan en Roma. Para el postre nos vamos a una buena heladería "Cremilla"
gelateriacremilla.com  con helados buenísimos pero tengo que comentar que quisimos ir al servicio y nos dijeron que lo tenían estropeado, algo insólito en un establecimiento de su categoría.
Por la zona hay restaurantes, pero no cafés donde poder entrar, pero dimos con Bukowsi'sbar, galleria, cafe, bistrot con una persona amabilísima que nos atendió y dio conversación.

Por fin nos llegó la hora convenida, nos encontramos con el grupo y entramos en el recinto. Había tal gentío que en el primer momento sentí algo de agobio. Para comenzar la visita hay que subir por una escalera circular, yo lo hice en el ascensor, ya lo había avisado, me marean esas escaleras.
Y comienza la visita en el Patio de la Piña delante de unos paneles con la historia del recinto, el calor en esos momentos es insoportable. Creo que nadie disfruto de la explicación.

El patio se llama así por la gran piña de bronce del siglo II encontrada en las Termas de Agripa, tiene una altura de cuatro metros.
Por fin entramos en los Museos Vaticanos que están alrededor de este patio. Contienen una impresionante colección de obras de arte y tesoros que acumularon los papas.


Empezamos con el grupo escultórico de "Laoconte y sus hijos" de mármol blanco y con un tamaño un poco mayor que el natural. Estoy emocionada de ver esta esplendida obra una de las que tenía interés de contemplar.


















Pero esto no hizo más que empezar, recorremos cantidad de salas y pasillos llenos de esculturas. No se donde mirar, los suelos de mosaico con magníficos dibujos y los techos impresionantes.


La curiosa estatua de Artemisa de Éfeso, diosa griega de la caza. Aparece representada con múltiples pechos que simbolizan la fertilidad.


















Otra sorpresa, en uno de los pasillos me encuentro con una escultura que yo dibujaba en mis años de estudio en la Escuela de Arte.
Una sala preciosa es la de los mapas de la que no tengo fotos.
Las Estancias de Rafael no las podemos ver pues están siendo restauradas.


Y por fin llegamos a la Capilla Sixtina con su maravillosa decoración. Me habían contado que no te dejaban pararte para contemplarla, pero parece que tenemos suerte y nos dan veinte minutos, todo un lujo. No dejan sacar fotos, pero como mucha gente no me resisto a tener un recuerdo de mi visita.
Es fantástica la obra de Miguel Ángel !que colorido! En la actualidad la capilla es la sede del cónclave para elegir papa y su nombre se lo debemos a Sixto IV.


















A continuación vamos a la Basílica de San Pedro, en ella trabajaron muchos artistas pero destaca Miguel Ángel al que se le atribuye el diseño de la cúpula.


Puede acoger a 60.000 personas y está llena de tesoros entre los que destaca la Piedad, única obra de Miguel Ángel que lleva su firma. En la actualidad está protegida por un cristal antibalas.

Pero también llama la atención el Baldaquino, obra barroca de Bernini. Se trata de un altar elevado para el papa y está situado sobre la tumba de San Pedro. Fue realizado en bronce extraído del Panteón.
Es tan inmensa y tantas obras de arte que uno no sabe donde mirar. Nos dejan deambular por la Basílica, queda poco tiempo para el cierre.


Cuando salimos está siendo el cambio de guardia con los vistosos uniformes de la Guardia Suiza, el ejercito más pequeño del mundo.


Volvemos a la avenida donde se encuentra la parada del autobús, desde allí tenemos la última vista de la cúpula del vaticano.
A la vuelta nos acercamos hasta Santa María la Mayor pero llegamos cuando está cerrando, al día siguiente volveremos, no nos queremos perder su visita.





No hay comentarios:

Publicar un comentario