sábado, 15 de agosto de 2015

UN DÍA EN ALICANTE

Desde Denia no podía pasar sin visitar un día Alicante, fue el lugar de nacimiento de mi madre, por eso mi ilusión de contemplarla.


Fue uno de los días de más calor de este verano. Compartía el viaje con mi familia.
Entramos por la Avenida de Denia, paralela a la costa, hasta llegar a la Plaza de Galicia, donde encontramos aparcamiento.


Atravesamos el Parque Canalejas, el más antiguo de Alicante. Sus grandes ficus, de más de veinte metros de altura, dan al lugar una buena sombra para pasear.


Paralelo a la costa, tiene agradables vistas al puerto deportivo. Da continuidad a la Explanada de España, por lo que, al final de su recorrido, nos encontramos en la más famosa avenida de Alicante.


Su mosaico ondulado está compuesto por teselas de tres colores: rojo, blanco y negro. Se construyó durante la primera mitad del siglo XX. Recuerdo que de niña, desde allí, le mandaron a mi madre una tesela de cada color.


Además el paseo cuenta con cuatro filas de palmeras en sus más de 500 metros de longitud.

Aquí era donde vivió mi madre en su juventud, en el solar ahora una casa de pisos. Me siento emocionada de encontrarme en este lugar en el que transcurrió parte de la vida de mi madre y que perteneció a mis bisabuelos.


En la Explanada se encuentran edificios emblemáticos como la casa Carbonell.


Pero sigamos nuestro recorrido, torcemos por la Rambla de Mendez Nuñez y después otra vez a la derecha para llegar al Ayuntamiento, palacio barroco del siglo XVIII.


Es el lugar donde se encuentra la placa que marca la cota cero sobre el nivel del mar, algo que oí toda la vida y me resultó curioso de ver.


La Plaza del Ayuntamiento es muy original con un espacio en que los chorros de agua saltan de manera desigual. Es muy refrescante y les encanta a los niños.


Después continuamos hasta la Basílica de Santa María, la construcción religiosa más antigua de Alicante, siglo XIV. Está edificada sobre los restos de una mezquita.


Tiene una preciosa portada barroca, la encontramos cerrada, no puedo ver el interior.


Continuamos por el Paseito de Ramiro hasta llegar a nuestro destino, el túnel de entrada al Castillo de Santa Barbara, frente a la playa del Postiguet. Túnel que nos lleva al ascensor.
El castillo está en el centro de la ciudad, en el monte Benacantil de 166 metros de altura. Es propiedad de los alicantinos desde 1929.


La imagen de la montaña desde la playa parece una cara, la llaman la "cara del moro" y es icono de la ciudad.
En sus laderas hay restos arqueológicos de la Edad de Bronce, ibéricos y romanos. Pero la fortaleza es del siglo IX, de la dominación musulmana.
Su nombre lo recibe del día de la festividad, 4 de diciembre de 1248, en que el futuro rey Alfonso X la tomó a los árabes.
Os muestro un dibujo de la subida al castillo que realicé hace muchos años, cuando estudiaba en la Escuela de Arte.


El castillo está dividido en tres recintos bien diferenciados.


En el más alto está la Torre del Homenaje, con los vestigios más antiguos unos basamentos de los siglos XI al XIII.


Las vistas de la ciudad son magníficas.


En el recinto intermedio está el amplio Patio de Armas, con el Cuerpo de Tropa. El recinto inferior, del siglo XVIII, hace las funciones de aparcamiento.


Nos recomiendan el restaurante que hay en el castillo y fue muy agradable la comida y sobre todo el trato recibido. Una comida, en la terraza a la sombra, con vistas impresionantes. No se puede pedir más.
Desandamos el camino hasta el coche y damos por terminada la visita, es unos de los días más calurosos del verano.


Durante la vuelta podemos observar la sierra de Aitana, cumbre de la provincia con 1558 metros de altitud.






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