Las visitas de hoy empiezan en la Plaza de Colón presidida por el monumento al descubridor de América, de estilo neogótico, con una escultura de tres metros de altura de Jerónimo Suñol.
Une el Paseo de Recoletos con La Castellana. Al este se encuentran los Jardines del Descubrimiento con un monumento realizado por Joaquín Vaquero Turcios, asturiano de adopción.
Lo primero que hago, a las 10:00 de la mañana, es solicitar la plaza para la visita a la Biblioteca Nacional, que será a las 12:00.
Pero no pierdo el tiempo, me voy al Museo Arqueológico, que está en la otra parte del edificio.
La exposición temporal es "Lusitania Romana", una de las menos conocidas del Occidente romano. Reune más de 200 piezas de gran significado histórico-arqueológico pertenecientes a museos e instituciones culturales de España y Portugal.
Después recorro las salas del románico con restos importantísimos. Por ser una de las épocas del arte que más me gusta no puedo dejarlo para un próximo viaje.
Se acerca la hora de mi otra visita, aunque primero hay que reponer fuerzas con un pequeño tentempié. Lo hago en los jardines que rodean el museo.
Llego a la Biblioteca con tiempo, nos entregan la acreditación y nos presentan a nuestra guía, una bibliotecaria jubilada, ¡encantadora¡
En las escaleras de entrada nos habla de su costrucción y su estilo, además de la historia de su creación. Os pongo el enlace a la página oficial por si queréis saber más.
http://www.bne.es/es/LaBNE/Historia/
Realice la visita "expres", de media hora, que se convirtió en hora y cuarto gracias a las estupendas explicaciones de nuestra guía.
Horarios y tipos de visitas: http://www.bne.es/es/Actividades/VisitarlaBNE/
Salgo encantada del pequeño recorrido pero con mucha información.
Tomo La Castellana arriba, dirección Glorieta de Emilio Castelar, me quiero acercar a mi visita de la tarde. Por el Paseo General Martinez Campos busco donde comer. Lo hago en la "Escalera del 15" variedad en menú del día, servido con rapidez y amabilidad.
Por fin la visita más deseadas en Madrid, Casa Museo Sorolla, en la misma calle. La entrada por el jardín ya nos seduce, fue creación del propio Sorolla, tema favorito de sus cuadros en la última etapa.
El comedor es una de las primeras estancias que se visitan, está decorado con una guirnalda a la manera clásica, con laureles y frutas, pintada por el artista.
Una de las obras que impresiona es el retrato de Clotilde, su mujer, que con gran elegancia preside el salón.
Desde allí una escalera nos lleva a la planta principal donde podemos admirar el taller del artista, en este lugar siento emoción al encontrarme en el lugar donde trabajaba Sorolla, sus paredes son una gran muestra de ello. Presidiendo el gran cuadro "Paseo a orillas del mar" ejemplo perfecto del retrato del natural.
A lo largo de las salas siguientes podemos admirar una gran colección de su pintura, incluido su autorretrato en el interior del estudio.
En la planta superior hay una exposición temporal "Sorolla tierra adentro" en la que se ven representadas algunas capitales españolas y donde me encuentro con un paisaje realizado en Asturias del cual tenía conocimiento, pero no lo había visto.
Al salir realizo alguna compra en la tienda, es del sitio que me quiero llevar algún recuerdo.
Doy por terminado el día, hay que asimilar lo que he visto, pienso que no es bueno continuar.
Mañana será el último día, será diferente.
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