Tenía muchas ganas de esta visita. De nuevo voy de excursión con la Universidad de Mayores. En realidad se hacen dos visitas, la primera al Monasterio de Cornellana donde estuve recientemente, pero no voy a volver a contarla. Nos acompaña uno de los arqueólogos que trabajó en su estudio, Alejandro García Álvarez-Busto.
A nuestra llegada al Monasterio de Corias la primera visita es a su iglesia. Lo primero que nos sorprende es que su fachada es interior. Es debido a la reconstrucción en el siglo XVIII por el incendio que solo dejó en pie la iglesia. Es de estilo renacentista, de planta de cruz latina, con un amplio presbiterio, destaca la cúpula iluminada por una linterna.
Cuenta con un conjunto de retablos barrocos, destacando el del altar mayor, donde podemos ver una reproducción de la antigua iglesia románica.
Me llama la atención que todos los retablos tiene la misma decoración, las columnas salomónicas decoradas con hojas de parra.
En una de las capillas laterales vemos un Cristo románico, al parecer encontrado en las ruinas de la antigua iglesia. Es de madera policromada.
La sillería del coro está en la tribuna alta y cuenta con dos órganos, uno a cada lado. Están rematados por un mascaron que no se sabe que función tenía.
También nos enseñan la sacristía, una gran sala con arcos fajones. En uno de los laterales tiene un retablo.
A continuación nos dirigimos a las instalaciones del Parador de Turismo que es en la actualidad el antiguo monasterio.
Vemos su biblioteca, adaptada para el uso de los huéspedes. Parte de su colección pasó a la biblioteca de la Universidad.
Visitamos sus dos claustros de estilo neoclásico, el principal, desde el que se ve la linterna de la iglesia, tiene una araucaria centenaria.
Pero la parte más interesante está bajo el monasterio, es donde se encontraron los restos de la iglesia románica construida entre 1031 y 1043. Vemos en planta la cabecera con tres ábsides y la nave única.
En el dibujo de la planta se ven los enterramientos encontrados en las excavaciones.
Con esto terminó la visita, pero aun nos quedaba la comida que la hicimos en grupo, en el restaurante del monasterio, como ya dije antes, hoy Parador Nacional.
Al terminar un paseo para ver el cercano puente y regreso a Oviedo. Por fin he conocido el llamado "Escorial asturiano"
Magnífica restauración y conversión en Parador nacional de este impresionante monasterio. Lástima que la decoración del refectorio principal sea recargada, cursi y que no respete el estilo de esa gran sala. Podía haberse hecho algo mucho más sencillo y mejor. Igualmente la sala de desayunos, de decoración oscura, triste y con unos dibujos en las paredes muy malos. La cafetería está amueblado con demasiada sencillez. No es muy acogedor. ¡Por lo demás, un 10!
ResponderEliminarNo quisiera que mis críticas al comedor y cafetería hagan desmerecer al Parador de Corias. Es un sitio muy cómodo, de verdad, muy bonito y lujoso, el servicio es particularmente amable y agradable. Lo recomiendo vivamente.
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