jueves, 3 de octubre de 2019

MI PRIMER CONTACTO CON LA CIUDAD DE ROMA

Estamos en septiembre y por fin ha llegado el momento de emprender este viaje que tanto me ilusiona, la noche anterior casi no puedo dormir, eso unido al madrugón que nos teníamos que dar. La organización corre a cargo de "El Trasgu Viajero" ya he ido otras veces con ellos y son verdaderos profesionales. Voy en compañía de una amiga con la que he viajado muchas veces.
Nuestro vuelo Asturias-Barcelona-Roma, con llegada a Fiumicino a las 13:45. Comemos durante el trayecto pues ya tenemos plan para aprovechar la tarde.
La recogida de maletas un poco accidentada, falta la de una persona que al parecer se ha quedado en Barcelona, al día siguiente se la llevarían al hotel. Al salir ya nos espera un autobús y el guía que nos va a mostrar las Basílicas Mayores.


Nos vamos directamente a San Pablo Extramuros mandada construir por Constantino en el siglo IV en el lugar donde se encontraba la tumba de San Pablo. En 1823 sufrió un incendio pero fue reconstruida. Fue la mayor iglesia del mundo antes de construirse el Vaticano.

En la fachada ya se pueden admirar los mosaicos por los que se la reconoce.













Tiene un claustro, ante la iglesia, rodeado por una hilera doble de columnas con una gran estatua de San Pablo en el centro. Hay tres puertas en el atrio, pero la más importante es la denominada Puerta Bizantina, del siglo XI, en la actualidad la puerta Santa.


Ya en el interior, en su nave central, podemos ver en la parte superior medallones con los retratos de todos los papas, al final el arco de triunfo con los mosaicos restaurados del siglo V, salvados del incendio.


Nos parece magnífica la columnata que separa la nave central de las laterales y la profusión de diferentes mármoles que será la constante en todas las iglesias de Roma.













Bajo el Baldaquino de mármol de 1284 está la tumba de San Pablo y a su derecha el Candelabro Pascual con la pasión.
Es nuestra primera visita y nos deja impresionadas, a pesar de todo lo que vimos ya puedo decir que es de lo que más nos gustó.
No me voy a extender tanto en mis explicaciones, pero la importancia y belleza de la basílica creo que lo merecía.
Continuamos en el autobús hacía nuestro siguiente destino, pero empezamos a ver monumentos que reconozco, en ese momento tomo conciencia de que por fin me encuentro en Roma, me siento emocionada.































Ante nuestros ojos desfilan la Pirámide de Cayo Cesio, la Puerta de San Pablo, el Circo Máximo y el Coliseo.


Y llegamos a San Juan de Letrán imponente al final de la cuesta, rematada de esculturas, es otra de las denominadas Basílicas Mayores además de ser la sede episcopal de Roma, en ella fueron investidos los Papas hasta 1870.


La precede un pórtico de dos pisos desde donde el Papa da la bendición el Jueves Santo. La gran puerta de bronce es original de la Curia del Senado en el Foro.


Fue mandada construir por Constantino en el siglo IV y restaurada por Borromini en el XVI, su principal obra fue encajar los pilares en grandes nichos con esculturas de los doce apóstoles, al final de la nave principal está el baldaquino gótico.



















Los mosaicos del ábside son de época medieval aunque restaurados. A derecha e izquierda hay dos preciosos órganos, siempre me llaman la atención estos instrumentos.



















Otra cosa interesante son los suelos de estilo cosmatesco realizados cogiendo mármol de antiguas ruinas romanas y colocando los fragmentos en decoraciones geométricas.
San Juan de Letrán es la Basílica más antigua del mundo.


Ya de nuevo en el autobús veo al pasar el Templo de Hércules que tanto me gustó en los últimos estudios que he hecho sobre arte y ahora ¡estoy aquí y lo puedo contemplar!

Hornacina en la escalera de mármol
Hotel Traiano, Via Cuattor Novembre












Techo del comedor










Nos vamos al hotel, ha sido un día muy largo que comenzó a las 3:30 de la madrugada. Nos alojamos en el Hotel Traiano fundado en 1800 y renovado en 2012, parece un antiguo palacete por sus detalles antiguos. Su situación es inmejorable a pocos pasos de Piazza Venezia, kilómetro cero de la ciudad de Roma.


Nos acomodamos en la habitación y para rematar el día salimos a cenar nuestra primera pizza. ¡Muy rica!




No hay comentarios:

Publicar un comentario